[Pensando demasiado, 20 de mayo de 2009]
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En la Biblio-referencia: la Bóbila, el recluso mayor Jordi Canal, elevado a Alcaide, convocó a cuatro interesantes conocedores de la figura de Enriqueta Martí. La protagonista de la mesa era una mujer que murió en prisión en 1912. Sobre ella pesaban las mayores atrocidades, que son aquellas que se infringen a niños. Vampira, sacamantecas, secuestradora de niños, proxeneta, esclavista, son algunos de los adjetivos que la han hecho perdurar en la historia. Las voces que nos acompañaron para acercarnos al personaje fueron distintas, plurales, complementarias y en algún instante apasionadas defensoras de su propia aproximación,lo cual no dejó indiferente al público.
Los ponentes de la mesa redonda fueron: Un novelista con experiencia cotidiana profesional en la investigación criminal Marc Pastor, (ganador de la primera edición del premio de novela negra en catalán “Crims de Tinta” con La mala dona. Fernando Gómez, autor de El misterio de la calle Poniente, que mostró su sorpresa por no haber sabido de Enriqueta más y antes cuando estaba elaborando un diccionario de criminales españoles. Elsa Plaza, una historiadora argentina, autora de El cielo bajo los pies, que reivindicó una crónica desde lo femenino y nos contextualizó la época con un rigor a veces espeluznante. Y el conocido guionista Lluís Arcarazo (uno de los padres de los culebrones en catalán). Arcarazo habló en primer lugar explicándonos que el encargo de un productor le había llevado al personaje. La mirada del personaje le había llevado a escribir una historia en la que las culpabilidades se repartían en lugar de señalar, a Enriqueta Martí, como la mente única y perversa necesitada de matar de la que la ciudad había sido víctima. El enfoque que le ha dado Arcarazo a la historia puede que imposibilite su realización cinematográfica pero sin duda ha servido para conocer más y mejor la ciudad de Barcelona en el periodo que va de finales del XVIII hasta la guerra Civil.
Elsa Plaza, con hablar pausado y destilando rigor, nos dió un nuevo enfoque que nos enfrentó a una realidad barcelonesa de primeros de siglo descarnada, impenitente e intolerable, donde los pobres, las mujeres y los niños sobrevivian en el umbral de la miseria material y moral. Miles de niños abandonados a su suerte y desapariciones infantiles que acababan con abusos sexuales por parte de quien pudiera pagar por infringirlos impunemente, estaban a la orden del día. Fernando Gómez hizo gala de honestidad al reconocer que será imposible saber exactamente qué pensaba, sentía o era Enriqueta Martí. Él, en su novela, da voz a su entorno y permite que la protagonista quede muda. Como quedó, al no constar declaración alguna al haber muerto antes de ser juzgada.
De modo arrollador Pastor explicó que Enriqueta martí le habría servido como excusa para escribir la novela. Las acusaciones que recaen sobre la presa la convierten en una Mala Mujer, por que hace daño a los niños en lugar de quererlos, algo que repugna incluso a la muerte.
Así que la mesa fue muy interesante, muy vívida, esclarecedora sobre periodos de la historia que se nos presentan muy edulcorados y que deberíamos desvelar. El poder de los fundadores de las sagas que ven como sus descendientes siguen llevando las riendas de la ciudad convive con el miedo de las bisnietas de esos niños que sólo conocieron la miseria. De una mujer "vampira" a una ciudad manejada sin escrúpulos y otros recovecos del poder. Para pensar, para leer más, una propuesta apasionante.
